¿Qué entendemos por aprendizaje?
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En Semillas al Viento el aprendizaje es un proceso vital que surge de una necesidad innata de sobrevivir. Como así afirma Francisco Mora (2013): “Cuando se nace, aprender es el primer mecanismo cerebral que se pone en marcha para adaptarse al medio ambiente” (p.92). Gracias a este proceso que surge de manera automática; por ejemplo, no enseñamos a los bebés a andar o a hablar, los acompañamos en un proceso que ellos mismos deciden sumergirse; podemos conocer y comprender más sobre la vida y sobre el entorno e integrarlo dentro de las propias experiencias. Gracias a la curiosidad, a la experimentación y en consecuencia al aprendizaje, damos respuestas a las preguntas que surgen en nuestro interior. Mora (2013):
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Pero para aprender hay que estar en contacto permanente con el mundo, “vivir” la sensorialidad del mundo y “tocarla”, expresar la conducta con el movimiento.
Ninguna gacela aprendería nunca a correr como sus congéneres si tras el nacimiento
se la aislara de su entorno natural y se tratara de enseñarla a correr solo mostrándole reportajes y películas de cómo lo hacen otras gacelas. (Mora, 2013, p.92)
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Como bien explica Mora, para ello las niñas y niños necesitan estar en contacto con el medio, explorar y probar. Al igual que depositamos en nuestros bebés toda nuestra confianza en sus habilidades para hablar/andar, no los forzamos, en Semillas al Viento damos un paso más y alargamos esa confianza en el tiempo porque consideramos que cada ser humano es el verdadero autor de su propio aprendizaje y éste se da por iniciativa propia.
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Para resumir, en nuestro espacio no enseñamos sino que cada niña y niño creará sus propias experiencias ya sean académicas, personales o profesionales, o decidirá si quiere participar en las que pongamos a su alcance. Cada niña y niño dará los pasos que considere necesarios en su proceso de aprendizaje cuando se sienta preparado/motivado intrínsecamente para ello.
Citamos a continuación un fragmento del libro de Rebeca Wild: Aprender a vivir con niños,
plasma nuestra forma de entender el proceso de aprendizaje.
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El desarrollo prenatal correspondería al estadio de brotación, cuando la planta forma sus raíces, que le proporcionaran alimento y soporte físico en el suelo.
El crecimiento del tallo parte de estas estructuras fundamentales.
En el ser humano, esto sería comparable al desarrollo y a la interacción de las estructuras límbicas con el entorno. Sólo cuando el tallo este suficientemente fuerte podrá la planta proceder a desplegar sus ramas y hojas de manera generosa y bella.
Pues el tallo tiene que soportar la expansión futura de la planta y, a la vez, conducir la savia vital a todas sus partes. En esta analogía, el crecimiento de las hojas representaría la etapa operativa, cuando el niño interactúa de manera novedosa con su ambiente y activa sus estructuras corticales, las cuales luego le permitirán seguir con el desarrollo de una inteligencia madura. La floración correspondería a la etapa del desarrollo formal.
Esta coincide con la adolescencia. Y la maduración de los frutos sería comparable al potencial humano de resolver problemas vitales complejos de forma juiciosa y de entrar con creatividad al mundo de la cultura y la ciencia. (Wild, 2007, p.17)
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¿Qué ocurre? Que en la actualidad nuestros niños y niñas no representan hermosos árboles sino que debido a la maduración precoz de las niñas y niños, desarrollan capacidades intelectuales que nos enorgullecen pero que no dejan de ser muestras de bonsáis que al no poder desarrollar raíces fuertes y bien asentadas, da frutos. (Romero, 2012, p.92)
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Metodología
TRABAJO POR PROYECTOS
Al igual que anteriormente, consideramos que el trabajo por proyectos representa la mejor forma de interiorizar un contenido/proceso ya que es cuando se aprende como resultado de la curiosidad, de la motivación intrínseca de aprender, sin obligaciones ni presiones. El hecho de buscar respuestas, investigar y preguntar lleva inherente el juego y la diversión. Estos proyectos podrán ser individuales o grupales, en función de las necesidades de cada criatura.
Juego libre
El juego libre es un derecho en nuestro espacio. Consideramos que la mejor forma de aprender es a través del juego (ver entrada blog), y por ello respetamos y cuidamos el tiempo dedicado a ello.
Talleres
Somos conscientes de que, en el caso de que las niñas y niños se reincorporen a la educación reglada, necesitarán unos contenidos que les permitirán adaptarse mejor a la nueva situación. Por este motivo, organizamos talleres voluntarios, prácticos y divertidos donde se traten dichos contenidos (que hemos extraído y seleccionado previamente del currículum básico español). Estos talleres pueden ser sobre estos contenidos o sobre alguna preferencia que ellas y ellos tengan.