¡Maravillas de la educación alternativa!
Ya que nuestra excursión de trapecios y telas no va a poder hacerse durante este curso, preguntamos a lxs niñxs qué les apetecía hacer de deporte. Salieron las bicis, los patines y la natación. Hicimos votación para ver qué salía como ganadora hasta que Pablo dijo que él quería las tres y las acompañantes nos miramos y dijimos… ¿Por qué no? Así que mensualmente iremos un día a la plaza del pueblo con las bicis, otro día con los patines y otro día iremos en guagua a la piscina del pueblo de al lado. Con estas salidas buscamos que aprendan las normas de circulación, que sepan lo divertido que puede ser hacer ejercicio físico en compañía (que mejoren sus habilidades motrices), que conozcan las posibilidades que les ofrece su entorno y que entiendan que donde se aprende no es sólo en este espacio sino que aprendemos en todas partes.
El otro día nos pusimos a ello. Lxs chiquitinxs estaban muy emocionados, enseñándoles a sus compañerxs sus bicis y deseando salir. Antes de salir recordamos cuáles son los límites en las excursiones, las normas de circulación y seguridad y todos se comprometieron a respetarlo.
Después de practicar con las bicis y los patines, nos fuimos al parque de juegos del pueblo así que la diversión fue doble y el ejercicio físico también (que era uno de los principales objetivos de la excursión junto con la adquisición de las normas de circulación). Aquí tenéis un vídeo de la excursión:
Nos sorprendió gratamente ver como nuestrxs niñxs se quedaban impactados al observar una araña que encontraron en los arbustos de la plaza. Esto es lo importante: cuando centran toda su atención en algo y ahí se quedan... sostenidos, admirando (en este caso) la araña. Están en el momento presente, fijándose en los detalles de la araña, sus colores, sus movimientos, cuántas patas tiene, dónde se encuentra, en qué entorno, la telaraña que ha construido...A diferencia de la educación tradicional, estxs niñxs están aprendiendo de manera vivencial. No aprenden a través de una foto que, por supuesto, no transmite igual ni remueve las mismas emociones (y eso que ya está más que demostrado que sin emoción no hay aprendizaje). No están sentados en cuatro paredes, sin poder hacer uso de su cuerpo ni de la palabra, ni están haciendo fichas o deberes mientras piensan en cuándo va a ser la hora del patio o cualquier otro pensamiento que les evada de la situación. Estxs niñxs están en presentes, absortos por las características de la araña. Y otra cosa muy importante: comparten su descubrimiento con sus compañerxs y con nosotras y dan su opinión, se expresan. Sin duda, este fue un momento mágico de esos que nos regala está bonita forma de educar. Os dejamos una foto del instante que pudimos inmortalizar (si seguís el dedito de Lorenzo, encontraréis la famosa araña).
Hacía tanto calor que decidimos volver a la escuela para hacer uso de esa maravillosa manguera que tenemos en el jardín. El día cerró de la mejor manera posible: todos riéndose y jugando juntos mientras se refrescaban (acompañantes incluidas).
Ya estamos deseando que vuelva a tocar la excursión a la plaza del pueblo.